Cifuentes avisa a los huelguistas que Metro no aceptará los 72 días libres
La huelga de tres días de los trabajadores del Metro de Madrid ha arrancado hoy sin visos solución. Mientras la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, ha asegurado que Metro no va a aceptar la “reivindicación” de los empleados de tener 72 días libres al año; el sindicato UGT ha anunciado, por su parte, que está estudiando la posibilidad de presentar una “denuncia por prevaricación” por los “abusivos” servicios mínimos que se les exigen durante las jornadas de paro, entre el 69% y el 84%.
En declaraciones a la cadena Cope, Cifuentes ha lanzado su advertencia a los trabajadores del suburbano. “Es una huelga que no tiene demasiado sentido, es una forma de presionar que tienen los trabajadores porque están negociando un nuevo convenio laboral”, ha dicho.
Además, ha añadido que, en su opinión, las condiciones laborales en Metro son “bastante buenas" y que lo que se está poniendo en la mesa lograr 14 días libres más al año, sumándose a los 58 con los que ya cuentan. Asimismo, ha insistido en la idea que los servicios mínimos fijados para estos días —ayer los paros ha coincidido hoy con el concierto de hoy de Bruce Springsteen en el estadio Santiago Bernabéu y mañana lo harán con la final de laCopa del Rey de fútbol que se juega en el Vicente Calderón— harán que apenas se noten las protestas. “Eso espero”, zanjó.
Por su parte, el portavoz del sindicato de UGT en Metro, Teodoro Piñuelas, ha asegurado que se plantea presentar una denuncia por prevaricación, precisamente, a cuenta de esos servicios mínimos que considera “abusivos”. Además, ha plantado a Cifuentes la creación de “una comisión de investigación puesto que a lo mejor se llevaría una sorpresa”, haciendo una alusión indirecta a la trama Púnica de corrupción que afectas al Partido Popular de Madrid.
El sindicalista también ha justificado los días elegidos para la huelga asegurando que en fin de semana se “molesta menos” que si se hubieran producido los paros en días laborables.
Huelga de estudiantes contra la LOMCE
El Sindicato de Estudiantes ha continuado este jueves con su segunda jornada de huelga para todos los alumnos universitarios y de enseñanzas medias —ESO, Bachillerato y Formación Profesional— para exigir la "inmediata derogación" de la Lomce y del llamado decreto 3+2. Más de un centenar de manifestaciones en toda España han recorrido las calles portando pancartas de descontento. En Madrid, donde la protesta ha empezado en Atocha a las 12.00 y ha terminado en la Puerta del Sol, miles de estudiantes han marchado por el centro de la capital. "Un bote, dos botes, Rivera el que no bote", han coreado, entre otras consignas, los alumnos.
En Barcelona, al grito de Si hay dinero, pero lo tienen los banqueros, un millar de personas —según los organizadores— han recorrido el centro de la ciudad condal. La protesta ha finalizado en la plaza de Sant Jaume, donde se ha leído un manifiesto. También ha habido concentraciones en Lleida, Tarragona y Girona.
En Valencia, unos 400 estudiantes se han manifestado en una marcha que ha ido creciendo en número a lo largo de su recorrido y que ha ido desde la zona universitaria de la avenida de Blasco Ibáñez hasta la plaza del Ayuntamiento.
La media de la participación de la huelga en Andalucía en Secundaria Obligatoria, Bachillerato y FP ha sido del 77,38%, según la información facilitada por la Consejería de Educación. "Ha sido un rotundo éxito. Ha quedado muy claro nuestro rechazo total a las reformas de Wert y con esto pedimos que se derogue la Lomce por completo", ha declarado Ainhoa Serrano, responsable del Sindicato de Estudiantes en Andalucía oriental. "Las manifestaciones han tenido también un seguimiento masivo, en Granada han respaldado la protesta más de 3.000 personas y en Málaga 2.000", asegura la coordinadora.
La manifestación no ha contado en Madrid con la presencia de ningún dirigente político ni de los representantes de los sindicatos docentes, aunque Podemos e IU han respaldado la protesta. Ana García, secretaria general del Sindicato de Estudiantes, ha asegurado que el acuerdo para formar gobierno entre Ciudadanos y el PSOE es "un pacto de la vergüenza que solo representa al Ibex35". Junto a nuevas consignas, los alumnos han coreado otras como: "¿Dónde están, no se ven, los niñatos del PP?".
Óscar C., de 16 años y estudiante de cuarto de ESO, ha venido a la capital desde Cuatro Vientos para apoyar la huelga: "La Lomce solo sirve para los que tienen dinero. Yo saco sobresalientes y ni siquiera sé si voy a poder ir a la Universidad. No podemos permitir que nos quiten la enseñanza". Comparte esta opinión Iris C., qué querría estudiar un doctorado en Humanidades, pero no encuentra una beca. Aparte de por su situación, secunda la huelga porque, tal y como afirma, con el decreto 3+2 la educación se va a encarecer. "Se va a generar una brecha entre los que tengan un grado o un máster y, además, todo a precio de oro", cuenta.
Algunos de los manifestantes también han acudido a la marcha por la introducción de las reválidas en varios de los cursos. Bárbara P., de 21 años y estudiante de Bellas Artes, explica que todas las medidas aprobadas por el Gobierno del Partido Popular han sido "elitistas". "Falta examinar la forma en que queremos educar. No puede ser que lo que antes se aprendía en cinco años, ahora haya que hacerlo en tres", lamenta.
A diferencia de otras manifestaciones, la marcha de Madrid estaba partida en dos. Delante, un primer grupo era el de los convocados por el Sindicato de Estudiantes. En un segundo bloque, separado por por unos 200 metros y por cinco furgonetas de la policía y 15 agentes antidisturbios, han acudido miembros y simpatizantes del Frente de Estudiantes (una organización creada en diciembre del año pasado).
Aunque la mayoría de las manifestaciones han tenido lugar este jueves, alumnos de algunas autonomías ya salieron el miércoles a la calle. En Madrid, como en el resto de España, la cabecera de la marcha ha portado una pancarta con el lema Derogación inmediata de la LOMCE y del 3+2.
La primera jornada, el miércoles, contó con un respaldo "masivo", con el "apoyo del 80% de media" del alumnado, según los cálculos de la organización convocante. Sin embargo, el Ministerio de Educación ha indicado que el seguimiento ha sido "muy limitado" y "sin apenas incidencia" tanto en los institutos como en los campus de todas las comunidades autónomas.
El Ejecutivo de Castilla y León ha cifrado este seguimiento en el 8,7%, mientras que Extremadura y La Rioja han señalado que ha sido del 20% y 26,2%, respectivamente. Han sido pocas las comunidades autónomas en informar sobre el paro educativo.
Centenares de miles de personas salen a las calles de Francia contra la reforma laboral
La jornada de movilización en toda Francia contra la polémica reforma laboral de François Hollande se ha traducido desde primera hora de la mañana en graves problemas en el transporte público, paros en numerosos centros de producción y cierres o bloqueos de decenas de liceos y universidades. Cientos de miles de personas -1,2 millones, según los convocantes; 390.000, según la policía- han salido a la calle para unirse a las 260 manifestaciones convocadas. Los principales sindicatos y organizaciones estudiantiles echan así su gran pulso al presidente francés, que afronta la mayor protesta social registrada en el país desde que llegó al poder en 2012.
Las perturbaciones en el transporte se iniciaron ya la noche del miércoles. Varios trenes de cercanía y regionales no efectuaron su salida. En la región de París, los embotellamientos poco antes de las ocho de la mañana rondaban los 350 kilómetros de retenciones, el doble de un día normal. En toda Francia, las retenciones eran de 600 kilómetros, un nivel similar a los días de mayor tráfico en las vacaciones de verano.
Según datos de la compañía ferroviaria francesa (SNCF), el 24,2% de sus empleados está en huelga. Uno de cada cuatro trenes de alta velocidad no ha hecho su recorrido, y lo mismo ha ocurrido en el 50% de los trayectos regionales. En algunas ciudades como Marsella, la actividad diaria ha sido perturbada gravemente. El metro no funciona, solo uno de cada cuatro autobuses está en la calle y un tercio de los vuelos han sido suspendidos.
El sector público o las empresas participadas por el Estado han sido los más afectados por la movilización. Los sindicatos han convocado para esta jornada huelgas entre los controladores aéreos y las tripulaciones, por lo que se han registrado numerosas anulaciones de vuelos. La Dirección General de Aviación Civil había pedido a las compañías que anularan el 20% de sus vuelos programados en el aeropuerto parisino de Orly.
También se han producido paros en los hospitales o el servicio de correos. En el sector privado, y sobre todo en el pequeño comercio, la incidencia de la protesta ha sido nula.
En varias ciudades se han registrado manifestaciones desde media mañana. En algunos casos con incidentes y enfrentamientos con la policía. En París, algunos radicales se han enfrentado con los agentes, que han utilizado aerosoles con gas pimienta. Diez personas han sido interrogadas por estos disturbios, durante los cuales los radicales han roto lunas de bancos y han lanzado objetos contundentes a los policías.
En Nantes, con unos 30.000 manifestantes (12.000, según la policía), también se han registrado enfrentamientos con la policía, que ha lanzado botes de humo. Como en Toulouse, donde han salido a la calle unas 100.000 personas (20.000, según la policía). En Marsella, tres agentes resultaron heridos. En Brest, un grupo de manifestantes ha entrado en el ayuntamiento y ha obligado al alcalde a recibirles. Y en Creuse, en el centro del país, la sede de Partido Socialista ha amanecido con múltiples pintadas descalificadoras.
En París, la protesta más simbólica, con miles de trabajadores y estudiantes -entre 26.000 y 28.000, según la prefectura-, ha partido a primera hora de la tarde de la plaza de Italia.
En la región de París, once liceos no han abierto sus puertas para evitar incidentes. Uno de ellos, el Henri Bergson, donde el pasado 24 de marzo un policía dio un tremendo puñetazo a un estudiante coincidiendo con otra protesta contra la reforma laboral. El agente ha sido interrogado este jueves. Otros 16 institutos parisinos, como varias otras decenas en toda Francia, han interrumpido clases y actividades. La Torre Eiffel, como el palacio de Versalles, ha sido cerrada al público.
as huelgas y paros ya han sido precedidas de otras tres movilizaciones registradas desde que en febrero se conoció el contenido de la ley. La protesta más importante se registró el pasado día 9, cuando entre 224.000 y 500.000 personas (según la policía o los convocantes) salieron a la calle en toda Francia para rechazar el proyecto de ley. En esta ocasión, los siete sindicatos convocantes han elegido este jueves para hacer la mayor demostración de fuerza.
Los sindicatos del sector de la impresión han optado por la huelga, lo que ha impedido la llegada de periódicos a los puntos de venta. Le Figaro, entre otros, ofrece gratis a los lectores todos sus contenidos a través de la web.
Pese a las protestas, el primer ministro, Manuel Valls, ha reiterado que el Gobierno no retirará el controvertido proyecto de ley. Valls ha declarado esta mañana a RTL que confía en que el Parlamento haga un buen texto "con buenas medidas". El texto pulveriza de facto la sagrada ley que fija en 35 horas el límite la semana laboral, da prioridad a los acuerdos internos en las empresas en lugar de los sectoriales y facilita los despidos colectivos por problemas económicos en las empresas. El Ejecutivo sostiene que así mejorará la competitividad y se creará empleo.
Tras una ronda de negociaciones con los sindicatos, Valls retiró uno de los artículos más contestados, según el cual se abarataban las indemnizaciones por despido fijando un máximo de 15 meses de salario para contratados con más de 20 años de antigüedad (ahora son entre 24 y 27 meses de sueldo). El nuevo texto señala que esos topes son solo una referencia para los tribunales laborales, pero no un corsé del que no pueden salir.
Pese a cesiones como esa, la Confederación General del Trabajo (CGT), el principal sindicato francés, o Fuerza Obrera, la otra organización sindical más combativa contra el proyecto, insisten en que la ley debe ser retirada. Argumentan que es una “estupidez” pensar que facilitando el despido se crea empleo y añaden que, en todo caso, los nuevos contratos son precarios.
Estas protestas contra Hollande y su gobierno son las más numerosas y significativas de todo su mandato. Y se producen en un momento de máxima debilidad del jefe del Estado, a quien las encuestas le señalan como el gran perdedor en las próximas elecciones presidenciales, en las que no lograría pasar a la segunda vuelta. La movilización se produce, además, al día siguiente de que Hollande se viera obligado a retirar su medida antiterrorista estrella por falta de apoyos parlamentarios.
El ala crítica de los socialistas franceses se ha sumado a la protesta, con su jefe, Christian Paul, al frente. Paul ha dicho que ha salido a la calle por "solidaridad". Los diputados socialistas rebeldes ya habían expresado también su rechazo a despojar de la nacionalidad a los terroristas.
Con anterioridad, las manifestaciones más importantes se registraron en 2013 contra la ley de matrimonio homosexual. En enero de ese año, entre 340.000 y 800.000 personas participaron en una manifestación convocada por el partido del expresidente Nicolas Sarkozy y diversos movimientos religiosos. Los únicos aliados de Hollande este jueves en la calle han sido el frío (7 grados en París) y la lluvia (por toda Francia).
La anterior gran movilización sindical en Francia se produjo precisamente contra Sarkozy en 2010, cuando el entonces presidente presentó y logró aprobar una ley para retrasar de 60 a 62 la edad de jubilación. Entonces, entre 557.000 y 1,1 millones de personas participaron en las protestas.